DOS HERMANAS, POR LA
CANAL DE LA CEJA Y TUBO IZQUIERDO (Peñalara)
Con la intención de subir a Peñalara, dejamos el coche en el
aparcamiento de Cotos. Son las 07:20 y ya casi no cogen coches. Y es que
después de un invierno, hasta la fecha, escasísimo de nieve, la gente está loca
por “pisar en blanco”. Y a nosotros, a eso de “locos”, no hay quien nos gane…
COMPONENTES:
DATOS:
INICIO: APARCAMIENTO DE COTOS 1820m.
ALTURA
MAXIMA: HERMANA MAYOR 2285m.
DESNIVEL
ACUMULADO: 550m.
DISTANCIA: 7.5Km.
DIFICULTAD: PD. 55º Max. CANAL DE LA CEJA 150m. PD- 50º Max. TUBO IZQUIERDA HERMANA MAYOR PD. 80m. 55ºMax.
MATERIAL: EQUIPACION INVERNAL, CASCO, CRAMPONES Y
DOS PIOLET.
DURACION: 3h.
DESCRIPCION:
DOMINGO 21/02/16 APARCAMIENTO DE COTOS 07:40h
En los apenas 15 min. que tardamos en ponernos en marcha, el
aparcamiento se ha llenado y somos testigos del nerviosismo y mosqueo de los
que intentan buscar sitio. Hay que madrugar más…
Bordeando la Venta Marcelino, cogemos la pista de nieve
bastante helada y pisada. Dejamos atrás el Cobertizo del Depósito y el Mirador de la
Gitana, desde donde hay una buena panorámica de la Cuerda Larga.
|
Mirador de la Gitana |
La pista, a veces sendero, apenas gana altura y es de andar
cómodo, a través de un bonito bosque de pino silvestre.Cruzamos alguna torrentera producida por el deshielo en la
parte en la que la pista se hace sendero y a nuestra derecha se abre el Valle
de Lozoya.Llegamos a la caseta del guarda y el circo de Peñalara se
muestra magnifico ante nuestros ojos.
Aprovechamos para hacer una breve parada y aquí,
cómodamente, nos calzamos los “pinchos”.
Las paredes del Circo empiezan a
dorarse al ganar altura el sol y empezar a asomar tras nosotros.
Cruzamos la pradera nevada que precede a la Laguna de
Peñalara y dejando esta a nuestra derecha, fijamos nuestro objetivo.
Nos
dirigimos hacia el Corredor Zabala, aunque nuestra intención es subir por otro
“Tubo” inmediato a su derecha. Según he visto por la red, con el nombre de “Tubo de la Laguna”.
Aquí, hago un inciso para aclarar conceptos. “Corredor”,
“Canal”, “Tubo”, “Canuto”…. Todas estas palabras vienen a expresar una misma
cosa: Una rampa, más o menos inclinada y encajonada, por la que nos servimos
para ganar altura. El usar una u otra palabra viene dado por el lugar donde nos
encontremos. Así, en Pirineos, el nombre más común es el de Corredor y también
Canal. En Picos de Europa, Canal. En Guadarrama, Tubo y en Andalucía, Sierra
Nevada principalmente, Canutos. Este
último infinitamente más bonito, donde va a parar…
Apenas nos adentramos en el tubo, nos encontramos con un
primer obstáculo.
Para continuar, tenemos que salvar una roca que asoma
cubierta de hielo.
Cesar, mas conocedor de la zona, va delante y al llegar a
ella se vuelve a preguntarme como lo veo. Javi es la primera vez que se mete en
estos fregados y Cesar sabe que quiero que se lleve una buena impresión de la
jornada y vuelva en futuras salidas.
De ahí la pregunta. Aparentemente el paso
no reviste apenas dificultad pero al picar Cesar con el piolet este salta
frágil e inestablemente poco fijo a la roca. “Nada, media vuelta” le digo y
encaminamos nuestros pasos más al Este, hacia la Canal de la Ceja y el Tubo
Central.
|
Al frente, el Tubo Central |
|
Laguna Grande de Peñalara |
Esta zona se encuentra más concurrida, aunque aún no hay
aglomeraciones.Nos decantamos por la Canal de la Ceja.
|
Comenzando la Canal de la Ceja |
CANAL DE LA CEJA
160m. PD- 45º Med. 50ºMax.
Una rampa de nieve fresca nos deja en el inicio de la canal.
La progresión por ella no presenta ninguna dificultad.
Un grupo de 5/6 personas
nos precede y el nuestro lo encabeza Cesar, tras el yo, detrás mía Javi y
cierra el grupo Jaime.
En los primeros metros, una vez ganada cierta altura,
observo cierta tensión en Javi, pero esto resulta ser tan pasajero como breve y
enseguida va cogiendo confianza.
La Laguna de Peñalara ya queda muy abajo y la canal va
llegando a su fin.
Una vez finalizada, Cesar nos indica el corredor que también
finaliza a la derecha. Nos acercamos a verlo. Es el “Tubo del Robot” más
técnico, encajonado y pendiente. “Dios, que buena pinta”
Nos encontramos en la salida de la Canal de la Ceja, en una
pequeña explanada donde se ha acumulado nieve fresca.
Al frente, norte, vemos
las cornisas de nieve que separan la Hermana Mayor de la cima de Peñalara y que
a modo de cejas sobresalen dando nombre a esta canal.
A nuestra izquierda, tras
una rampa de nieve, vemos asomar un paredón rocoso adornado de témpanos de hielo
en el que se abren paso algunos tubos.
Nos encaminamos a ellos. Cesar nos indica que subiremos por
el de la izquierda. “Tu mandas, Cesar”
TUBO IZQUIERDO, HERMANA MAYOR 80m. PD 50º Med. 55ª Max.
Llegamos al inicio del tubo y vemos delante de nosotros a un
par de montañeros a mitad de la canal.
El tubo desde abajo aparentemente tiene
la misma inclinación que el anterior pero pronto vemos que este le gana.
Un
saliente rocoso cubierto de duro hielo marca a mitad del tubo, el punto más
delicado e inclinado.
Trato de tallar algún peldaño en la nieve dura que lo
precede, para que le dé más confianza a Javi. Una ligera tensión aparece en el
rostro de este.
Salva el paso y aunque la inclinación vuelve a bajar Javi sigue
un tanto agachado. Jaime, desde atrás, le indica que se incorpore un poco y
este vuelve a ganar confianza. “Vamos Javi, que esto está hecho”
Al finalizar el tubo Cesar se ha adelantado y veo a los dos
montañeros que nos precedían, que se encuentran descansado en la rampa de
nieve. Al acercarme a ellos compruebo que uno de ellos esta agachado, de
rodillas con la cabeza apoyada en las manos en la nieve.
-¿Le pasa algo a tu compañero?
-Dice que está muy cansado, que no puede seguir.
Me quito la mochila y le doy la punta de mi “Camella”.
“Toma, bebe, que es una poción mágica que te va poner las pilas”
Llegan Javi y Jaime. Javi le ofrece un gel de asimilación
rápida, en momento en que Cesar, que al parecer ya había visto el padecer del
chaval y subido su mochila hasta arriba, vuelve a donde nos encontramos. El
montañero se levanta, algo aturdido pero más recuperado, se toma el gel y
llegamos todos a la cima de la Hermana Mayor.
HERMANA MAYOR 2285m.
10:15h
Al llegar arriba, la ventisca que ya habíamos empezado a
notar en el tramo entre los dos tubos, aquí aumenta considerablemente,
haciéndonos desistir de subir hasta la cumbre de Peñalara, donde al ventisca
parece aún más intensa.
Hacia la Hermana Menor, el panorama no es más alentador
y una procesión de gente, los mas bajando y algunos subiendo, se afanan en
continuar luchando con el cuerpo inclinado contra el viento.
Nos hacemos unas rituales fotos, que precisamente nos saca
el chaval al que atendimos. Nos da de nuevo las gracias y marcha con el resto
de su grupo. De forma cómica y sin
intentar molestar, se quedaría con el mote de “Botas Verdes” por la postura en
la que lo encontramos. (Botas Verdes, Everest 1996).
Emprendemos el descenso y a cada paso, el vendaval parece
incrementar su fuerza. A veces incluso chocamos entre nosotros, yendo a la par
para protegernos del viento.
En el amplio collado que separa a las dos hermanas, las
ráfagas de viento son tan fuertes que nos paramos poniéndonos de espaldas a
este. Quiero aprovechar para colocarme la braga de forro que llevo y aliviar
así los impactos de las partículas de hielo que arrastra la ventisca y que
sacuden la cara como alfileres.
En esas estoy cuando una ráfaga me arranca de la mano las
gafas, que desaparecen de mi vista como por arte de magia. Gracias a la rapidez
de Jaime, consigo recuperarlas cuando ya no daba un duro por ellas. Seguimos el descenso a Cotos, continuando hacia la Hermana
Menor sin dejar de luchar el viento. Las rachas de viento son tan fuertes que
veo como tumban a una chica que viste un aparatoso plumas de 3/4.
Ya en bajada directa a Cotos y a medida que dejamos atrás a
la menor de las hermanas, la ventisca va perdiendo fuerza convirtiéndose, al
llegar al inicio del bosque, en un viento moderado.
Al cobijo de unas piedras, paramos a reponer algo de
fuerzas. A penas pasan unos minutos de las 10:30 y ya casi hemos terminado. No
hay prisa y a demás parece que hoy llegaremos pronto a casa.
Llegando a Cotos, atravesamos la muchedumbre que se afina en
la ladera nevada detrás de la Venta Marcelino. Aun no son las 12 y ya estamos
en los coche.
¿Llegaremos pronto a casa? Bueno, esto es Madrid, domingo,
después de un invierno sin nieve, un autobús averiado en el cruce del Puerto de
Navacerrada…..
Salú y namasté
No hay comentarios:
Publicar un comentario